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El libro

Sri Ramana Maharshi
Sri Ramana Maharshi

Nan Yar es un texto espiritual clásico y uno de los libros más importantes del siglo XX.
Palabras excepcionales de uno de los más grandes maestros, Nan Yar fue escrito originalmente sobre la arena en 1901 por Sri Ramana Maharshi.
Este libro ilumina el camino para una comprensión clara de lo que es la realización del Ser. Explica la indagación en el Ser y la naturaleza del Ser, de la mente y del mundo.
Es un documento singular, uno de los dos únicos textos escritos que proceden directamente de las palabras originales de Sri Ramana Maharshi y que él mismo, más tarde, aprobó y publicó.

"La Indagación en el Ser es el camino más directo a la Realización del Ser"

Preguntas y respuestas sobre ¿Quén soy Yo?
Aquí os dejo un pequeño extracto de este libro, imprescindible en la biblioteca de cualquier buscador espiritual y que, desgraciadamente, es muy dificil de conseguir en España:
Puesto que el deseo de todo ser vivo es ser siempre feliz, libre de todo pesar, puesto que en toda persona se observa que existe un amor supremo por el propio ser, y como sólo la felicidad es la causa del amor, para ganar esa felicidad que es nuestra propia naturaleza y que se experimenta en el estado de sueño profundo donde no existe la mente, uno debe conocer su propio ser. Para ello, el sendero del conocimiento, la indagación de la fórmula "¿Quién soy Yo?", es el medio principal.
1. ¿Quién soy Yo?
El cuerpo burdo que está compuesto de los siete humores (dhatus), no soy; los cinco órganos cognoscitivos de los sentidos, es decir, los sentidos del oído, el tacto, la vista, el gusto, y el olfato, que aprehenden sus respectivos objetos, es decir, el sonido, el tacto, el color, el gusto, y el olor, no soy; los cinco órganos de los sentidos cognoscitivos, es decir, los órganos del habla, la locomoción, el entendimiento, la excreción, y la procreación, que tienen como funciones respectivas, el hablar, el moverse, el entender, el excretar, y el disfrutar, no soy; los cinco aires vitales, prana, etc., que desempeñan respectivamente las cinco funciones de inhalar, etc., no soy; ni siquiera soy la mente pensante; tampoco soy la ignorancia, que sólo contiene las impresiones residuales de los objetos, y en la que no existe objeto ni función alguna.
2. Si no soy nada de esto, entonces ¿Quién soy Yo? 
Después de negar todos los principios expuestos anteriormente como "esto no", "esto no", esa Conciencia que permanece únicamente - es lo que Soy.
3. ¿Cuál es la naturaleza de la Conciencia?
La naturaleza de la Conciencia es existencia-conciencia-bienaventuranza
4. ¿Cuando se obtendrá la realización del Ser?
Cuando se elimine el mundo, que es lo que se ve, se obtendrá la realización del Ser, que es el que ve.
5. ¿No se obtendrá la Realización del Ser mientras  permanezca el mundo (aparezca real)?
No, no la habrá.
6. ¿Por qué?
El que ve y el objeto visto son como la cuerda y la serpiente. De la misma manera que no se puede obtener el conocimiento de la cuerda, que es el substrato, hasta que desaparezca el falso conocimiento de la serpiente ilusoria, tampoco se podrá obtener la realización del Ser, que es el substrato, hasta que no se elimine la creencia de que el mundo es real.
7. ¿Cuando se podrá eliminar el mundo, que es el objeto visto?
Cuando la mente, que es la causa de todo el conocimiento y de todas las acciones, se tranquilice, el mundo desaparecerá.

Funcionamiento de la mente

Visión del cerebro humano
Visión del cerebro humano--- Image by © Matthias Kulka/Corbis

Desde el momento de su aparición, el ser humano ha vivido tratando de responder a esta pregunta: ¿quién soy yo? Y ahí seguimos... Como si supiéramos que, de la respuesta que demos a la misma, depende todo lo demás.

¿Quién soy?, ¿quienes somos? Fascinados por el poder de la mente, los humanos creyeron que era a través de ella donde encontrarían la respuesta adecuada. Sin embargo, aun reconociendo todo lo que nos ha aportado, aquella expectativa puesta en ella ha quedado frustrada. ¿Hacia dónde dirigirnos?

En su aproximación a la realidad, la mente se ve obligada a percibirla como separada e incluso "alejada" de sí. Tal separación, artificial y errónea, es condición necesaria e imprescindible para el trabajo mental.

Al mismo tiempo que la separa , la mente la delimita y, por ello mismo, la objetiva. Hasta aquí, se revelaría la naturaleza del proceso mental. El error, de graves consecuencias, se produce cuando la mente, sin ni siquiera reparar en ello, absolutiza su propio modo de ver y llega a la conclusión de que lo real es tal como ella lo ve: separado, delimitado y objetivado. La conclusión solo podía ser una: lo real se entiende como una suma de objetos separados.

Nacimiento del ego

La mente posee otra gran capacidad: no solo se halla volcada hacia fuera, sino que puede volver sobre sí misma, en un movimiento autorreflexivo, apropiándose de sus propios contenidos. En ese mismo instante, que se ha llamado autoconsciencia, ha nacido el yo.

Ego
Ego

El yo es , por tanto, una idea objetivada, una creación de la propia mente que se atribuye la autoría de lo que percibe y se identifica con ello. El yo es solo un pensamiento sostenido en el tiempo, gracias a la memoria.

El yo no es más que un conjunto de pautas mentales y emocionales con las que nos identificamos. La mente crea el yo y empezamos a vivir para él, como si realmente fuéramos él.

Una vez que la mente dice "yo", todo empieza a ser visto desde esta perspectiva donde el ego es el falso centro. En consecuencia, la persona liga su suerte de manera incuestionada a lo que le suceda a esa idea que tiene de sí. Creerá "bueno" aquello que la mente etiquete como tal, y "malo" lo contrario.

Espejismo

Se ha producido un espejismo: desconectados de nuestra verdadera identidad, terminamos creyendo que somos la idea que la mente se ha hecho de nosotros.
Es comprensible: nuestro primer y permanente engaño no es otro que el de identificarnos con el ego y vivir para él. Es un engaño que conduce a la confusión y al sufrimiento, porque implica nada menos que olvidarnos de nuestra verdadera identidad y reducirnos a "algo" que nos esclaviza: el ego, en cuanto manojo de necesidades y de miedos, nubla nuestra visión y nos hace ver la realidad desde la reducida ranura de una mente absolutizada.

El ego se define a sí mismo por lo que acumula: posesiones, imagen, fama, títulos, poder, afectos, creencias... Y, preso de una insatisfacción constante, que nace de su carácter vacío, se dedica toda su vida a acumular; es su único modo de sentirse vivo.

Eso será, por tanto, nuestra tentación constante. Pero es importante advertir que no saldremos de ella a través de la lucha, sino gracias a la comprensión.

 

Texto extraído del libro La dicha de SER de Enrique Martínez Lozano

 

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