Autor: Adyashanti
¿Cuál es la raíz de este lugar llamado yo?. Tienes que saber cuál es la raíz, desde el comienzo, desde su génesis. Hubo un tiempo en el que esa inocente fascinación sin palabras y ese amor, que es tu esencia, dejó de estar inocentemente fascinado y enamorado de lo que era para identificarse con lo que pensaba. En ese preciso movimiento, de la fascinación inocente a la identificación, perdimos la libertad. Sucedió hace mucho, en el principio de los tiempos, y sigue sucediendo ahora mismo. La inocencia, la fascinación con lo que es, simplemente tal y como es, existe permanentemente.
Pero después aparece la mente y dice “mío“. Eso es mío. Es mi pensamiento. Es “mi problema”. También puede decir lo contrario, que el pensamiento o el problema son “tuyos”. La génesis reside, precisamente, en ese momento; ahí es donde se encuentra la raíz del sufrimiento y de la separación.
Ser tu yo verdadero, tu naturaleza verdadera, no es lo mismo que experimentar ese ser con el pensamiento. Reconócete como el misterio, y entonces verás que no puedes mirarlo, pues no puedes abandonar ese misterio para mirar. Existe un misterio muy despierto, vivo y amoroso, y es lo que estás viendo con tus ojos en este preciso momento. Es lo que estás oyendo con tus oídos en este instante.
En vez de querer entenderlo todo, lo cual es imposible, te sugiero que te hagas esta pregunta: “Al final de todo, ¿qué es lo que queda detrás de estos ojos?” Date la vuelta para ver quién está mirando. Encuéntrate con el misterio puro, que es el espíritu puro, y despierta a lo que eres.
Fuente: Texto extraído del libro La Danza del Vacío (Gaia Ediciones, 2008)