por Gangaji
Mi maestro contaba muchas historias didácticas. A veces hablaba de un león que había sido criado como un mono y que, gracias a otro león que le señaló su condición natural, despertaba a su verdadera naturaleza y rugía. Otras veces decía que el mejor lugar donde esconder cosas es el bolsillo del ladrón, y contaba la historia del rico mercader que podía confiar en que su diamante estaría seguro allí Y a menudo explicaba la historia llamada
El tesoro escondido, que nos brinda un contexto para este libro. EnEl tesoro escondido, una humilde viuda y sus hijos, que vivían en la pobreza, descubren que siempre habían tenido un tesoro bajo sus pies.Todas estas historias nos enseñan que no somos quienes creemos ser. Nuestra manera de definirnos no cuenta la verdad de quienes somos. Lo que pensamos que deberíamos tener ya está presente y, cuando creemos que nuestras vidas han perdido su valor, sigue estando allí; solo debemos saber dónde mirar.
Se te ofrece este libro para ayudarte a descubrir que nuestras historias individuales pueden señalar hacia eso que tenemos justo debajo de la nariz, aunque nos parece que está ausente. Cualquiera que sea nuestra historia particular, cada uno de nosotros tenemos la capacidad de descubrir la verdad de quienes somos.
El tesoro que creemos que tenemos que buscar fuera podemos hallarlo en nuestro propio ser. Y somos capaces de descubrir que, independientemente de cómo se ordenen y reordenen los sucesos de nuestras vidas, aquí —precisamente donde estamos— hay algo de verdadero valor.
Este libro muestra que nos mantenemos en la oscuridad y que podemos descubrir la luz sin que nada cambie en nuestra historia. La verdad es simple, pero las maneras de oscurecerla son complejas. Si podemos simplificar las complejidades de nuestro sufrimiento individual, ya estamos más cerca de la verdad. Pensamos que sufrimos de una manera única, y es posible que nuestras circunstancias sean únicas, pero las pautas son las mismas. Estamos bajo el hechizo de la ignorancia de maneras particulares y, al describirla, podemos disiparla.
Este libro te invita a contar tu historia en el marco del reconocimiento de la paz y de la realización que siempre están presentes en el núcleo de tu ser. El propósito de esta obra es ayudarte a ver lo que impide ese reconocimiento, la
ropaque te has puesto para cubrir tu ser desnudo. Esa ropa está hecha de los recuerdos de sucesos pasados, tanto de tu pasado individual como de nuestro pasado colectivo.Si eres como la mayoría de los seres humanos, tejes esas vestimentas en el presente mientras preparas tus guiones para el futuro. Si estás dispuesto a dejar de tejer durante un periodo de indagación profunda y sincera, podrás descubrir lo que las historias encubren. En este libro no se te pide que trasciendas la tuya. Podemos reconocer el poder, la belleza y el horror de nuestras historias particulares, y al mismo tiempo reconocer la necesidad de ver más allá de ellas para descubrir lo que vive en el núcleo. En nuestra larga historia humana ha habido grandes seres con biografías inspiradoras y asombrosas que revelan la victoria del autodescubrimiento. Lo que nos inspira de estos grandes seres es que sus vidas se orientaron hacia el sublime descubrimiento de la verdad eterna, y después reflejaron esa verdad. Este libro te invita a dejar que tu historia sea una contribución a la revelación universal del autodescubri-
miento, expresado de una manera única como tú. Esta invitación no es tan escandalosa como puede parecer inicialmente. Incluso los mayores santos y seres realizados tuvieron muchas cosas normales en su vida. Conocieron el dolor y el fracaso. Como nosotros, experimentaron la duda y los contratiempos. Cuando estamos dispuestos a reconocer lo ordinario en estas personas, aceptamos más plenamente la posibilidad de que nuestras propias vidas se orienten hacia el descubrimiento directo e interminable de nosotros mismos.
En este libro se te pide que veas lo que hay debajo y dentro de la historia. Hemos aprendido a presentarnos ante el mundo manteniéndonos bien tapados para protegernos y para engañar. Pero, independientemente de cómo nos presentemos a los demás, sufrimos si no somos conscientes de lo que es libre de nosotros. A medida que vas pelando las capas de tu propia historia, o que ves más allá de ellas, permaneces desnudo ante ti mismo, en conciencia silenciosa.
El pensamiento de estar desnudo ante ti mismo es posible que te atemorice. La mayoría de nosotros somos conscientes de que tenemos muchos fallos, y estar completamente desnudos trae consigo la posibilidad de descubrir todavía más. Hemos aprendido a encubrir hábil e inconscientemente lo que percibimos como nuestros defectos con capas y capas de historias. Nuestras imágenes internas y nuestras narraciones solo están hechas de imágenes y pensamientos, pero tienen un gran poder. Es posible que sepamos que son, al menos en parte, mentira, pero es muy probable que nos dé miedo descubrir lo que está tapado.
Somos diestros en preservar los hilos de nuestros guiones superpuestos y nos esforzamos por cubrir los agujeros y descosidos que la vida revela con persistencia. Este es un trabajo constante que requiere nuestra atención de día y de noche. En un instante, y aunque solo sea por un instante, podemos detenernos. Cuando nos cansamos de encubrir lo que tememos ser, podemos dejar de hacerlo. Cuando sentimos curiosidad por lo que es inmutable en medio del cambio constante, podemos dejar de prestar toda nuestra atención a lo cambiante. Cuando somos llamados a una vida que está más allá de nuestra imaginación, más allá de nuestra capacidad de construir, podemos dejar de construir nuestra vida. En ese momento descubrimos que cualquier pensamiento, con respecto a nosotros mismos solo es un hilo que contribuye a tejer una historia y que podemos soltar ese hilo. Al soltarlo, encontramos la fuerza para vernos desnudos. Nuestra atención puede volver al núcleo silencioso y consciente.
El núcleo silencioso y consciente está, naturalmente, desnudo de fenómenos, y está desnudamente presente en el núcleo de todo fenómeno. Solo nuestra distracción con los fenómenos —
la ropahecha de pensamientos, imágenes, impresiones sensoriales y recuerdos— mantiene nuestro núcleo tapado, impidiéndonos reconocerlo.Al indagar en la historia de tu vida, puedes reconocer las capas de distracciones pasajeras que mantienen tu atención enredada. Cuando las reconoces, puedes recuperar tu atención. Puedes permitir que las distracciones se caigan, o puedes verlas y ver a través de ellas todo el camino a casa, al núcleo silencioso.
En la primera parte de este libro, presento mi propia historia personal e introduzco
El tesoro escondido, la historia didáctica que a veces usaba mi maestro H. W. L. Poonja (Papaji). En la segunda parte, estas dos historias quedan deconstruidas, odesvestidas. Con ello me propongo ayudarte a examinar más profundamente tu propia historia de vida. Para lograrlo, la desvistes. Miras dentro de ella. Esta deconstrucción continua que se hace en este libro de mi propia historia y de la historia didáctica te ayuda a continuar deconstruyendo tu historia.Cuando se reconoce la insustancialidad esencial de todo lo que el pensamiento ha tejido, el mecanismo encubridor queda expuesto. Estás desnudo. Puedes ver el núcleo de ti, no como otro objeto construido por el pensamiento, sino como el tesoro escondido que constituye la verdad de ti mismo. La conciencia silenciosa es la conciencia de uno mismo como sujeto eterno, como fuente eterna: el núcleo desnudo de tu historia; de mi historia; de la historia didáctica, y de toda la infinita y misteriosa variedad de las historias humanas.
Con este reconocimiento culmina la búsqueda de realización de toda una vida.